Hace unos días atrás leíamos navegando por allí un post referente al llamado “dress code” en la oficina, donde discutían el porqué de la estricta obligación de ciertos estándares de vestimenta para ir a trabajar. El también conocido como “business casual” no deja de ser una complicación para algunos, por ejemplo para los hombres sobre todo en verano por llevar traje y corbata, mientras que para las mujeres esa prácticamente obligación de vestir con clase y discreta. Sumándole a estas últimas el tener que combinar y variar de tal modo la ropa que se debe tener más de 2 a 3 modelitos por semana.
Y es que querámoslo o no el código en la vestimenta existe tanto como el lenguaje no verbal, puede comunicar a nuestros clientes mucho más de lo que nosotros pensamos. Ya lo decía Fréderic Monneyron, escritor francés: “Cuando cambiamos de vestimenta, cambiamos de comportamiento”. Por lo que, aunque nuestro aforo interno quiera revelarse contra esta situación de permanentemente tener que vestirnos cuidadosamente para ir a trabajar, debemos tener mucho cuidado y fijarnos en detalles que pueden hablar mucho más de nosotros.
Hoy quisimos desarrollar este análisis debido principalmente a los cientos de pobres currantes que día a día nos topamos en la calle de traje y corbata, quizás muchos de ellos no trabajan de cara al público y podrían encontrar una formula mágica y perfecta para poder mantener una delicada frontera entre la comodidad del estilo casual y la seriedad del formal.
Tranquilidad amigos, existe el “Business Casual”, un estilo y combinación menos formal, más cómoda y fresca, pero que al mismo tiempo guarde ciertos criterios de orden. Nos olvidamos de la corbata, pero si es muy importante combinar algunos clásicos y básicos para no perder estilo ni elegancia. Mientras que en el caso de las mujeres, faldas a la altura de las rodillas, ni muy abajo ni muy arriba, o también la comodidad de pantalones combinados con una blusa de color y estilo que le favorezca.
Y un detalle que evidentemente nunca puedes descuidar son los zapatos, que también hablan más de lo que te puedes imaginar. Ya analizaremos en un futuro post el lenguaje de la vestimenta. Por ahora a preparar nuestro look “Business Casual” para pasar un verano más agradable y menos empaquetado.
Related posts: